La investigación contó con la participación de 3.500 personas con
objeto de analizar la posibilidad de asociación entre el consumo de
estos medicamentos comunes y un aumento en el riesgo de demencia. Las
conclusiones son claras: a mayor consumo de medicamentos anticolinérgicos (que bloquean el neurotransmisor llamado acetilcolina en el cerebro y el organismo y pueden provocar somnolencia, dolor de garganta, retención de orina y sequedad en la boca y los ojos) como los antidepresivos o los indicados para la alergia o el control de la vejiga, incrementan el riesgo de desarrollar demencia, incluyendo la enfermedad de Alzheimer.
Además este riesgo puede no ser reversible incluso aunque se deje la
medicación y pasen los años. La amenaza sigue persistiendo.
“Las personas mayores deben ser conscientes de que muchos de los medicamentos, entre los que se adquieren sin receta médica, poseen importantes efectos anticolinérgicos. Pero nadie debería dejar de tomar cualquier tratamiento sin consultar a su médico”, explica Shelly Gray, líder del estudio.
Como hacen falta más investigaciones para determinar si el deterioro
cognitivo causado por los efectos secundarios de los medicamentos puede
ser reversible, esta investigación continuará cuando los voluntarios hayan fallecido.
Todos ellos han dado su consentimiento para que los científicos
analicen su cerebro para comprobar si efectivamente aquellas personas
que consumieron estos medicamentos tienen patología asociada al alzhéimer en su cerebro o no, en comparación con los que consumieron
Fuente: www.muyinteresante.es
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